lunes, 25 de abril de 2016

INTERACCION SOCIAL Y BIENESTAR DESDE LA INFANCIA

Cada vez hay más familias jóvenes que conviven con una mascota. La transmisión de valores de padres a hijos es fundamental para su continuo desarrollo personal y, en ese sentido, tener una mascota puede ser un gran aliado.
La Fundación Affinity ha realizado recientemente estudios relacionados con ese vínculo especial que se forja entre los niños y sus mascotas y, algunos de los datos que arrojan son reveladores. Más de 500 niños de entre 9 y 13 años fueron preguntados por su relación con las mascotas, sentimientos, responsabilidad y respeto.

Y algunas de sus respuestas fueron muy interesantes.
El 94% de los encuestados se sienten mejor con una mascota cerca. 
El 50% de los encuestados ven en su mascota a su mejor amigo.
El 54% de los críos tienen en el perro a su mascota favorita.
El 90% creen que las mascotas dan compañía y alegría.
Casi el 60% consideran que tener mascota ayuda a ser más respetuosos con los demás.
Por otro lado, no sólo piensan en lo bueno que es para ellos tener a su lado a una mascota, sino que también les preocupa si ella es feliz. Lo más curioso es que consideran que, el hecho de que estén sanos, es uno de los principales motivos de su felicidad. Por otro lado, si son preguntados por las posibles preocupaciones de sus mascotas, la mayoría responden que, el abandono, puede ser la mayor de las  razones de su tristeza.

Los datos que se extraen del estudio muestran la profunda cercanía que un niño tiene con su mascota. Esa bonita relación puede ser sumamente interesante para su educación. Valores tan importantes como la empatía, saber compartir, el respeto por los demás, la responsabilidad que supone cuidar de alguien, la amistad… Están muy presentes en la relación diaria de un niño con su animal de compañía. Los padres, por tanto, tienen en su mascota a un aliado enorme en el difícil trabajo que supone la educación de sus hijos.

Perros y Bebés
Hasta ahora, hemos hablado de los beneficios que supone la incorporación de una mascota a una familia con hijos pequeños…Pero ¿y si fuese al revés? ¿y si el último en incorporarse a la familia fuese el bebé y no la mascota?
Es evidente que la llegada del bebé cambia muchas cosas, de repente las prioridades son otras. Sin embargo, es conveniente que la mascota no se vea desplazada. Para ello es necesario que mantengamos ciertos hábitos de conducta: jugar con él, intentar que asocie a momentos positivos el hecho de que el bebé esté por ahí, etc…Incluso durante el embarazo la mascota nota que el bebe está en camino y debemos darle a oler todos los elementos nuevos que llegan a casa y hacerle partícipe de la llegada del nuevo miembro a la familia.
El momento más importante en la relación del bebé con el animal se produce pasados los primeros meses. Ahí comienza una interacción real y por tanto, la mascota, tiene que estar habituada a las “pequeñas” caricias a las que se verá sometida: tirones del pelo, del rabo, de las orejas, etc…
Para estar seguros de que nuestra mascota reaccionará bien, es conveniente que, de forma progresiva, vayamos acostumbrándola a esa interacción con el niño. Debemos ser nosotros quienes poco a poco vayamos preparando al animal, premiando posteriormente su docilidad. 
En cualquier caso, y para concluir, es evidente que la relación entre niños y mascotas sólo les aporta cosas buenas. El estudio parece dejar muy claro que un niño que crece junto a su mascota,  lo hace con una serie de valores que serán fundamentales a lo largo de la vida.
Tus veterinarios en León, también pueden y deben  aconsejarnos en estos otros aspectos que difieren de la medicina, pero son tanto o más importantes de cara a una vida sana de toda la familia.
En la clínica veterinaria María J.Cabeza todo el equipo, además de conocimientos en medicina está muy comprometido con el servicio de atención al cliente y realmente estamos convencidos de que la clave para un servicio excepcional es la comunicación. Por eso si tienes cualquier duda en relación a éste u otros temas, no dudes en ponente en contacto con la clínica y te asesoraremos.
http://mariacabeza.com/duenos-de-mascotas/





domingo, 10 de abril de 2016

LA INSUFICIENCIA RENAL CRONICA EN GATOS

La insuficiencia renal crónica o fallo renal en gatos, es una de las enfermedades más comunes de los gatos mayores y un hándicap para todo veterinario. En casi todos los  casos, el fallo renal es progresivo de modo que la enfermedad progresa de manera lenta y silenciosa, hasta que se agravan los síntomas de nuestra mascota. El avance de la enfermedad varía mucho de unos gatos a otros, con lo cual para conseguir tener mascotas sanas, el cuidado de los riñones y su tratamiento adecuado es fundamental para todo veterinario de gatos que se precie. ¡¡Cuidemos el riñón de nuestro gatito!!
De hecho, si detectamos la enfermedad a edades muy tempranas, podemos aumentar considerablemente la calidad de vida de los gatos afectados y prolongar su vida, retardando el desarrollo y avance de dicha enfermedad renal.
La insuficiencia renal, se produce por un daño en los riñones prolongado e irreversible, que impide su funcionalidad para filtrar y eliminar los productos de desecho del organismo. En la mayoría de los casos en los que se diagnostica una insuficiencia renal no se conoce la causa exacta de la enfermedad. Los tejidos del riñón se fibrosan y estos sustituyen al tejido normal del riñón, a menudo con inflamación asociada (por eso también se llama “nefritis intersticial crónica”). Estos cambios afectan también a muchas enfermedades. No obstante, existen algunas causas bien reconocidas de insuficiencia renal crónica en gatos como son las siguientes:
  • Riñones poliquísticos (enfermedad hereditaria que se suele dar en gatos Persas y Exóticos en la que quistes llenos de líquido, que se forman en los mismos riñones, van reemplazando, poco a poco, el tejido normal).
  • Tumores renales, por ejemplo, linfomas (un tumor sólido de células de la serie blanca) que pueden afectar a los riñones causando un fallo renal.
  • Infecciones, por ejemplo una infección bacteriana en los riñones (pielonefritis) que puede ocurrir por progresión de una infección de la vejiga y puede llegar a producir incluso fallo renal.
  • Otras causas, por ejemplo, tóxicos que afecten a los riñones, defectos en el desarrollo de los riñones de nacimiento, inflamación persistente como la glomerulonefritis.
Muchas veces no se puede encontrar una causa específica de fallo renal y se actúa tratando al gato en función de su sintomatología. Cuando se encuentra la causa, y esta se puede tratar, podría existir la posibilidad de frenar la progresión de la enfermedad.
La insuficiencia renal crónica puede darse en gatos de todas las edades, pero por lo general la encontramos en gatos de media y avanzada edad, y es más común a medida que aumenta su edad. Se estima que alrededor de uno de cada 5 gatos de más de 15 años presenta fallo renal. En general, la insuficiencia renal, se da hasta tres veces más en gatos que en perros. Por tanto, es imprescindible a partir de los 7 años de edad de nuestro gato, realizar un chequeo anual de la función renal y órganos asociados.
Los riñones desempeñan muchas e importantísimas funciones dentro del organismo, como la eliminación de las toxinas de la sangre y el mantenimiento del equilibrio de agua y electrolitos. La sangre se filtra constantemente a través de los riñones para eliminar las toxinas de desecho de los productos del metabolismo del organismo. La orina se produce después de este proceso. También concentran dicha orina devolviendo agua al organismo, para de este modo prevenir la deshidratación.
Los riñones cumplen otras funciones importantes en el mantenimiento del equilibrio de electrolitos (potasio, sodio, calcio, fósforo, etc.) en el organismo, controlan el equilibrio ácido base de la sangre y también la presión arterial. Son responsables de la producción de la hormona llamada eritropoyetina que estimula la producción de glóbulos rojos por la médula ósea y así poder mantener el hematocrito en valores aceptables.
Por suerte los riñones tienen una gran capacidad de reserva, se podría mantener la función renal con un solo riñón. De hecho se necesita que estén dañados de dos tercios a tres cuartos del tejido funcional de los riñones para que se produzcan signos de fallo renal. Eso si, cuando llegamos a este extremo, la enfermedad avanza irremediablemente y los daños son irreversibles. Poco podemos hacer en este punto, por eso el veterinario debe cuidar este órgano tan vital para los gatos, desde edades tempranas, incidiendo en la prevención de esta enfermedad.
La insuficiencia renal crónica, como comentamos anteriormente, es una enfermedad de progresión lenta y silenciosa, aunque en determinados casos los síntomas podrían aparecer repentinamente (fallo renal agudo). Los primeros síntomas son bastante leves e inespecíficos, producidos, al menos en parte, por la acumulación en sangre de toxinas que se suelen secretar por la orina. Los síntomas más comunes en gatos afectados son: falta de apetito, pérdida de peso, deshidratación, letargia y depresión. Suelen beber más agua y hacer más pis (pues su organismo no concentra la orina).
Otros síntomas habituales en gatos con insuficiencia renal crónica, son: pelo estropeado, vómitos, mal aliento, úlceras en la boca y debilidad. A medida que la enfermedad progresa los síntomas empeoran, a pesar de los tratamientos. La función renal se ve alterada, con lo cual tendremos desequilibrios en los electrolitos de la sangre, como son el potasio o el fósforo, acidosis metabólica, hipertensión y/o anemia.
Se debe por tanto, hacer un control anual en los gatos mayores de 7 años, mediante un análisis de sangre y otro de orina. Se suelen analizar dos sustancias en la sangre: urea y creatinina, ya que estos son los productos del metabolismo que normalmente se excretan por el riñón. En un fallo renal la concentración de estos dos parámetros aumenta. Como existen otras enfermedades que también pueden aumentar estos valores, se realiza, al mismo tiempo, un análisis de orina. En una insuficiencia renal crónica, además de los síntomas y de valores elevados de urea y creatinina, se producirá una orina poco concentrada. Para valorar la concentración de la orina se mide la “gravedad específica” de esta, cuyo valor en la mayoría de los gatos con fallo renal es menor de 1,030. Esta prueba es fundamental en lo que a los gatos se refiere, no tanto en perros.
En cuanto al tratamiento, si tenemos por ejemplo una infección bacteriana en los riñones que causa la insuficiencia, se trata esta infección. En la mayoría de los casos no va a ser así y, por tanto, el tratamiento se centra en los síntomas. Si tenemos una insuficiencia renal aguda, algunos gatos al principio necesitarán fluidoterapia intravenosa para corregir la deshidratación (y probablemente las anomalías electrolíticas). Corregidos estas dos, el tratamiento irá dirigido a mantener la función renal y minimizar las complicaciones del fallo renal. La insuficiencia renal crónica es irreversible y, en la mayoría de los casos, no se conseguirá una mejoría a pesar de un tratamiento apropiado.
Los tratamientos necesitarán también controles periódicos en distintos momentos para ver la evolución del paciente en el tiempo. A parte de los análisis de sangre y orina mencionados anteriormente, es importante medir también la presión arterial. Es importante también identificar las complicaciones que surjan y poder tratarlas, como la anemia, el descenso de potasio, elevación de fósforo, infecciones urinarias e hipertensión.
Uno de los aspectos más importantes en pacientes con IRC, es la dieta por tres factores destacados:
-El agua es muy importante para los gatos afectados, pues corren más riesgo de deshidratación, al no poder concentrar la orina y por tanto conservar el agua para su organismo. Es necesario darles un alimento húmedo en lugar de seco y tener agua fresca a su disposición, incluso fuentes que les estimulen a beber más agua.
- Es necesario que la dieta sea baja en proteínas, porque la mayoría de las toxinas se acumulan en la sangre en una insuficiencia renal como resultado de la descomposición de las proteínas. Siempre con precaución para que nuestro gato no pierda peso, valorando riesgo/beneficio, pues la debilidad tampoco es buena para su estado general de salud. Por esta razón, es preferible utilizar siempre dietas comerciales específicas. Como las dietas bajas en proteínas son además menos apetitosas, el gato puede dejar de comer, por tanto el manejo a de ser cuidadoso, deberemos utilizar sabores adecuados y probar diferentes tipos de dieta renal, hasta dar con la adecuada para nuestro gato.
- El contenido en fósforo debe ser bajo en la dieta de los gatos con insuficiencia renal, pues parece resultar muy beneficiosa para proteger a los riñones de sufrir mayores daños. Las dietas comerciales preparadas para fallo renal tienen baja concentración de proteínas y de fósforo. Si la concentración de fósforo en sangre sigue siendo elevada, a pesar de esta dieta, se pueden añadir a la dieta “quelantes del fósforo”, siempre bajo la prescripción de nuestro veterinario.
Puede que nuestro gato tenga que venir a poner suero semanalmente si está muy deshidratado, o que necesite una suplementación de potasio, por sus bajos niveles en sangre, o que debido a su elevada presión arterial, en la clínica veterinaria decidamos ponerle una pastillita para la hipertensión. Es decir cada gato es diferente y para un manejo correcto de la enfermedad debemos tratar los síntomas, que como estamos viendo son muy variados y precisan de un profesional especialista.
En casos avanzados el desarrollo de anemia es bastante común. Si es leve no suele ser un problema, pero si es grave puede empeorar con síntomas de letargia y debilidad. Se trata la anemia según las causas y la gravedad de ésta, mediante la utilización de esteroides anabólicos, suplemento de hierro, tratamiento de las úlceras gastrointestinales y, en casos muy avanzados, suplemento con eritropoyetina (la hormona que estimula la producción de glóbulos rojos). Tenemos que controlar también las nauseas y los vómitos tan habituales en la insuficiencia renal avanzada y que pueden afectar a la calidad de vida y disminuir el apetito del gato.
La IRC, es una enfermedad irreversible en la que los gatos sólo presentan sintomatología cuando el daño en los riñones es ya muy grave. No obstante el organismo de los gatos tiene mecanismos para compensar y adaptarse para intentar mantener el funcionamiento normal de los riñones, aunque llegará el momento en que estos mecanismos fallarán produciendo una progresión en el fallo renal. La enfermedad es, por tanto, progresiva en el tiempo e irreversible en sus daños, y puede acabar en la necesidad de una eutanasia. La velocidad y avance de la enfermedad renal varía mucho de unos individuos a otros y un tratamiento y cuidados adecuados pueden mejorar ostensiblemente la calidad de vida de los gatos afectados, consiguiendo al mismo tiempo ralentizar la progresión de esta cruel enfermedad.

“En la clínica veterinaria María J. Cabeza queremos mascotas sanas y somos especialistas en medicina felina, cuidamos de su riñón desde el primer día. Una buena prevención  mediante una dieta adecuada y un chequeo a partir de los 7 años, te ayudarán a que disfrutes muchos más años de tu preciada mascota”

jueves, 31 de marzo de 2016

El CUIDADO DEL GATO GERIATRICO

Importantes mejoras en la nutrición y en atención veterinaria, han permitido que los gatos vivan cada vez más años. En la década pasada el número de gatos mayores de 10 años aumentó en un 15% y los gatos mayores de 10 años ya se consideran geriátricos, aunque la mayoría de ellos vivirán todavía en buenas condiciones hasta los 14 años o más. Muchos de los gatos que nos son razas puras, los conocidos como Común europeo, pueden llegar incluso a un media de 17 años si tenemos en cuenta unos mínimos cuidados a lo largo de su vida.

EL ENVEJECIMIENTO
Al igual que ocurre con las personas, el envejecimiento cambia el funcionamiento del organismo. Los gatos mayores son menos activos, con lo que su tono muscular se reduce y disminuye su capacidad para correr, saltar o trepar. La falta de ejercicio contribuye a la degeneración de las articulaciones.
Es frecuente que pierdan apetito, pues sus sentidos del gusto y el olfato se deterioran con la edad. También son muy frecuentes los problemas en los dientes, por lo que el dolor puede hacer que se resistan a comer.
El funcionamiento del intestino puede también deteriorarse, causando problemas como disminución de la absorción de nutrientes y la consiguiente pérdida de peso. Algunos gatos mayores presentan estreñimiento.
La sensación de sed disminuye, beben menos y pueden llegar a estar deshidratados; esto es particularmente peligroso en gatos con enfermedades del riñón.
Los gatos mayores duermen más, aunque su sueño es menos profundo.
Con frecuencia la calidad de su manto es peor, lo que les hace más sensibles a la humedad y al frío.

CHEQUEOS GERIATRICOS
Los gatos mayores deberían visitar regularmente al veterinario para evaluar su estado general. La mayoría de clínicas veterinarias disponen de medios para llevar a cabo un chequeo geriátrico básico para evaluar los problemas de corazón, tiroides, boca, medición de la tensión, etc. También es posible que te recomienden efectuar análisis de sangre para comprobar el funcionamiento del riñón, hígado  y tiroides, así como recuento de células sanguíneas (hemograma).
Se recomienda seguir vacunando regularmente a los gatos mayores, pues aunque no está suficientemente probado parece que el sistema inmunitario del animal se hace menos eficaz con la edad y el gato sería más vulnerable a padecer determinados procesos como las enfermedades víricas del aparato respiratorio. Las vacunaciones de recuerdo estimulan el sistema inmunitario del gato y le permiten defenderse de esas infecciones.
El envejecimiento también puede causar cambios en el peso. Muchos gatos presentan sobrepeso cuando son adultos pero la mayoría adelgazan bastante cuando envejecen, por lo que el control regular del peso es también importante.

EL PAPEL DE LA ALIMENTACIÓN
Los gatos mayores tienden a beber menos, por lo que es preferible que se les proporcione una dieta húmeda (latas) con alto contenido en agua. A los gatos que sólo aceptan la comida seca se les pueden ofrecer pequeñas cantidades de golosinas tipo galleta, que podrían ayudar a combatir el sarro dental.
Disponer de una bandeja para el gato en el interior de la casa nos puede ayudar a controlar la micción y la defecación del gato, pues el envejecimiento puede causar algunos problemas en estas funciones corporales.
Algunos animales deberían ser alimentados con dietas especiales de prescripción veterinaria;  por ejemplo, es frecuente que los gatos mayores tengan disminuida su función renal y las dietas con bajo contenido en proteínas y fósforo les resultan beneficiosas.

VIDA MÁS CONFORTABLE
Aunque muchos gatos envejecen sin problemas y no necesitan tratamientos especiales, apreciarán que su entorno sea más confortable.  Los gatos mayores deben tener un lugar de descanso cálido y resguardado de corrientes de aire donde puedan dormir sin ser molestados. A menudo los gatos mayores disfrutan estirándose y las hamacas especialmente diseñadas para ser  colgadas de radiadores son muy populares. Los problemas musculares y articulares les dificultan subir a las sillas, por lo que se les pueden facilitar banquetas o escabeles que actuarán como peldaños de una escalera. Las mantas eléctricas pueden ser de gran ayuda para los gatos realmente frioleros. Algunos gatos mayores tienen dificultades para abrir la gatera; en ese caso es preferible que esté permanentemente abierta.
Sería conveniente que el gato estuviera identificado (tatuaje, microchip) o al menos llevara en el collar una medalla con el nombre, dirección y teléfono del propietario para que pudiera ser localizado si se perdiera. También deberíamos avisar a los vecinos si creemos que el gato pueda estar desorientado y no sepa volver a casa. Tampoco debemos olvidar vigilar sus uñas; con la edad éstas pierden capacidad retráctil, por lo que pueden engancharse en las alfombras. A veces también hay sobrecrecimiento de las uñas llegando incluso a clavarse en las almohadillas, lo que es muy doloroso. Su veterinario puede aconsejarle sobre la frecuencia con la que deben ser cortadas las uñas y la manera  correcta de hacerlo.
Con la edad los gatos tienden a acicalarse menos y necesitarán cepillados frecuentes, lo que también facilita que el propietario pueda advertir la presencia de pulgas, que de otra manera podrían pasarle desapercibidas. También puede ser necesario eliminar los restos de secreciones alrededor de los ojos, nariz y ano; para ello frotaremos estas zonas con suavidad usando un algodón humedecido en agua templada.
En general a los gatos mayores les gusta descansar tranquilamente lejos de las zonas más frecuentadas y ruidosas de la casa y a menudo procuran alejarse de los niños o de los otros animales de la casa. Si está pensando en introducir un nuevo animal en la familia, piénsalo detenidamente; es muy posible que a su viejo gato no le agrade en absoluto.

ENFERMEDADES FRECUENTES EN GATOS GERIATRICOS
La insuficiencia renal crónica o aguda es una de las enfermedades más frecuentes en el gato geriátrico. Otras enfermedades que también se diagnostican con frecuencia son las de origen hormonal (diabetes, hipertiroidismo – exceso de producción de hormonas tiroideas-), hipertensión, tumores, enfermedad periodontal, artritis e infecciones como la provocada por el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV).Muchas veces estos animales padecen varias de estas enfermedades al mismo tiempo, lo que puede complicar el diagnóstico. Es muy importante diagnosticarlas y tratarlas lo antes posible para que nuestro gato mantenga una buena calidad de vida durante el mayor tiempo posible.

LOS TRATAMIENTOS MEDICOS
El hígado y el riñón pueden limitar la capacidad del animal para metabolizar los medicamentos. La mayoría de ellos se eliminan del organismo a través de los riñones y el hígado, así que los problemas en estos órganos pueden provocar niveles excesivos de los medicamentos en la sangre, pudiendo alcanzar incluso niveles tóxicos, especialmente si el animal está deshidratado. La elección del medicamento y la dosis a administrar estarán limitadas  por estas razones.
A algunos gatos resulta muy complicado administrarles pastillas, si es tu caso, consultanos la posibilidad de utilizar otro tipo de presentaciones o tratamientos que requieran menos tomas.
Aquí os dejamos un enlace donde se os explica la manera correcta para hacerlo y sin causar demasiado estrés a vuestro gato.
Por desgracia, en algunos casos, las enfermedades son incurables y el objetivo del tratamiento es aliviar al animal. No deberíamos seguir tratando al animal si aparecen efectos secundarios graves o si le molesta mucho el hecho de tomarla. La calidad de vida del gato es prioritaria, y si no podemos mantenerla tendríamos que considerar la posibilidad de la eutanasia humanitaria.

EDADES DEL GATO

Puede que su gato conserve un aspecto juvenil aunque de hecho sea ya un gato geriátrico.





martes, 29 de marzo de 2016

LA VISITA A LA CLINICA VETERINARIA.

Puesto que los gatos son muy sensibles a cualquier cambio en sus hábitos cotidianos; hagamos que esta experiencia que a menudo se repite y es muy necesaria a lo largo de su vida, sea lo menos traumática posible. Hoy os dejamos una guía para reducir el estrés del gato y del propietario en la visita al veterinario. Recuerda siempre que eres un  miembro importante del equipo encargado de la salud de tu gato y parte fundamental para ayudar a que la visita a la clínica veterinaria sea más relajada y, con ello, mejorar su salud.
Una buena atención médica, especialmente la dirigida a la prevención y el diagnóstico precoz de enfermedades, permite que nuestros gatos puedan disfrutar de una vida más larga y de mayor calidad. Pero, para ello es necesario llevar al gato al veterinario y, desafortunadamente, la visita a la clínica veterinaria desagrada a muchos gatos. 

Normalmente, la primera dificultad reside en conseguir meter al gato dentro del transportín. Si conseguimos hacer más fácil este primer paso, generalmente el proceso completo de la visita a la clínica resultará menos estresante. El transportín ideal es el de material rígido con puerta frontal y superior y cuya mitad superior pueda desmontarse; además este tipo de transportines no suelen ser caros. 
Si tenemos un gato miedoso, dolorido o con ansiedad desmontar la parte superior permite que el animal permanezca en la bandeja inferior para el examen físico. 
Muchas veces tu veterinario/a podrá examinar al gato en la mitad inferior de un transportín bien diseñado. Evita los transportines en los que el gato sea arrastrado u obligado a caer para poder examinarle. Elija un transportín que sea recio, seguro y estable para el gato a la vez que fácil de llevar para ti. 
Dentro del coche, el transportín debe ir sujeto con el cinturón de seguridad para mantener a salvo al gato y reducir los movimientos debidos a la circulación. Algunos gatos prefieren ver el exterior, mientras que otros viajan más tranquilos si el transportín se cubre con una toalla o manta que les impida ver lo desconocido.

Los siguientes consejos pueden ayudar a conseguir que la consulta con el veterinario sea más fácil para ti y para tu gato:

Comprender el comportamiento del gato
• Los gatos necesitan estar familiarizados con su entorno para encontrarse lo más cómodos y seguros posible y necesitan tiempo para adaptarse a lo desconocido. Los gatos no suelen estar familiarizados con el transportín, el coche ni la clínica veterinaria, así que la visita al veterinario suele ser para ellos una experiencia difícil. Debemos ser conscientes de que el gato necesita tiempo para habituarse a las personas, lugares o situaciones desconocidas. 
• Mantenerse en calma. Los gatos son capaces de percibir nuestra ansiedad o nuestra frustración y esto les puede provocar ansiedad o miedo. 
• El castigo o el uso de la fuerza son contraproducentes en el gato. Premiar las buenas conductas alienta el comportamiento positivo. Por ejemplo,si el gato se encuentra cerca o dentro del transportín dale un premio. De la misma manera, premia a tu gato cuando te permita tocar las patas, la boca o las orejas, de modo que le facilite familiarizarse a las manipulaciones que ocurrirán durante la visita veterinaria. Los premios pueden ser en forma de comida,caricias o juegos. Se constante a la hora de premiar a tu gato. 

Cómo ayudar al gato a sentirse cómodo con el transportín 
El objetivo es que tu gato aprenda a asociar el transportín con experiencias positivas y se acostumbre a entrar en él voluntariamente. 
• Pon el transportín con la puerta abierta en una habitación de la casa en la que el gato pase mucho tiempo; de esta manera se convertirá en un objeto conocido y familiar para tu gato. 
• Coloca dentro del transportín algún tejido suave (manta, cojín, ropa de los propietarios) que el gato ya conozca. Su olor familiar hará que el gato se sienta más seguro. 
• Pon golosinas, catnip o juguetes dentro para estimular al gato a entrar en él. Es probable que lo primero que percibas es que al despertar por la mañana alguno de los objetos estén fuera del transportín. 
• Pueden ser necesarios varios días, incluso semanas, para que el gato empiece a sentirse confiado. Ten paciencia, manten la calma y premia siempre las conductas deseadas. 
• Si después de todo esto sigues sin conseguir éxito, quizá el problema esté en el transportín en sí mismo y habría que considerar cambiarlo por otro modelo. 

El gato que se resiste a entrar en el transportín 
Si no podemos esperar para llevar al gato a la clínica veterinaria y aún no está familiarizado con el transportín, los siguientes consejos pueden servir de ayuda: 
• Comienza por colocar el transportín en una habitación pequeña en la que haya pocos sitios en los que esconderse. Lleva al gato a la habitación y cierra la puerta. Muévete lenta y tranquilamente. No lo persigas para meterlo en el transportín. Intenta animarlo a que entre con algún premio. 
• Si el gato no entra voluntariamente y el transportín tiene una una puerta superior, ábrela, coje al gato con suavidad e introdúcelo por ella; otra opción es desmontar la parte superior, colocar al gato en la bandeja inferior y entonces recolocar la parte superior. 
• Coloca dentro del transportín alguna pieza de ropa que ya sea familiar para el gato. Rociar el transportín con un spray de análogos sintéticos de feromona facial felina (Feliway®) al menos 30 minutos antes del viaje ayuda a que el gato se encuentre más calmado. 

La vuelta a casa; cómo mantener la paz en un hogar con varios gatos. 
Los gatos son muy sensibles a los olores, y un olor desconocido puede hacer que un gato ya no reconozca al otro. Si un gato percibe al otro como a un extraño por su olor puede manifestar conductas agresivas. Las siguientes medidas pueden ayudar a evitar problemas entre gatos después de la visita al veterinario. 
• Al volver a casa deja al gato que has llevado a la clínica veterinaria dentro del transportín por unos minutos para ver cómo reaccionan los gatos. 
• Si todos ellos parecen tranquilos y pacíficos, abre el transportín y déjalo salir. 
• Si percibes tensión entre ellos, o si en ocasiones anteriores ha habido conflictos tras volver de la clínica veterinaria, deja al gato en el transportín y llévalo a otra habitación separada para evitar agresiones. Pónle comida, agua y una bandeja de arena y déjalo en esa habitación durante al menos 24 horas para que el gato vaya impregnándose de nuevo de los olores del hogar. 
• Si todavía hay tensión tras estas 24 horas contacta con tu veterinario para que éste te aconseje sobre otras medidas de reintroducción lenta o incluso te prescriba medicamentos que puedan ayudarle a facilitar el proceso. 
• Las feromonas sintéticas felinas (Feliway®) ayudan a mantener la sensación de familiaridad. 
• Para futuras visitas al veterinario:
– Utiliza ropa de cama o prendas con el olor del propietario, ya que mantienen los aromas familiares del hogar y ayudan a la reintroducción. 
– Usa feromona sintética feline (Feliway®). 
– Lleva a todos los gatos a la clínica veterinaria, aunque solo uno lo necesite. Esto ayuda a evitar conflictos al volver a casa, ya que todos los gatos portarán el nuevo olor de la clínica.

Esperamos que con estos consejos y un poquito de trabajo por parte de todos, dueños y veterinarios, la visita a la clínica veterinaria se convierta incluso en algo positivo para nuestro gat@.



domingo, 27 de marzo de 2016

VIAJAR CON TU GATO

Estas recomendaciones que os damos , las habréis oído en muchas ocasiones de vuestro veterinario , son siempre las mismas pero es importante tenerlas en cuenta por el bienestar de nuestro gato ; un gato estresado es un gato infeliz , y por ende un dueño preocupado . De modo que tengamos en cuenta estos breves consejos , y buen viaje!.

1. Preparar el traslado

• Si tu gato se muestra intranquilo en los viajes, coméntalo previamente a tu veterinario.
• Aliméntalo de forma habitual pero es recomendable que la hora de la comida sea al menos 3 horas antes del traslado/viaje.
• Acostumbra previamente al gato al transportín:
es importante que el gato lo asocie a experiencias positivas y lo use de forma habitual.
Se pueden usar juguetes con olor a catnip (planta con efecto relajante) o sus juguetes habituales.

2. El traslado

• Transporta al gato en un transportín de la forma que se sienta más seguro y colócalo en un lugar elevado.
• 30 minutos antes del traslado utiliza feromonas felinas sintéticas para relajarlo.
• Procura que el gato entre voluntariamente en el transportín. Si fuera necesario, quitar la parte superior y cuando entre, colócala de nuevo.

Recomendaciones sobre el transportín :

El diseño debe permitir que el gato se saque con facilidad. Si no quisiera salir, debe permitir que se le pueda examinar en la parte inferior del transportín.


Si tienes cualquier duda en relación a éste u otros temas, no dudes en ponente en contacto con la clínica y te asesoraremos.
http://mariacabeza.com/duenos-de-mascotas/

Desde la clínica veterinaria María J.Cabeza os deseamos un "Feliz verano en compañía de vuestras mascotas".